Diego Cardoen Délano es diseñador industrial de profesión, inició sus estudios en Francia y los terminó en Chile, después realizó un diplomado en finanzas y un MBA. Tras esto, llegó a ser alcalde de Vichuquén, a los 31 años empezó a trabajar con el grupo Cardoen en el área inmobiliaria, y, finalmente, en hotelería con Hotel y Centro de Convenciones Almacruz, donde es el director ejecutivo.

En conversación con Trade News de Chile Travel, habló sobre los reconocimientos que ha recibido el Hotel y Centro de Convenciones Almacruz, así como, también, los desafíos que vive día a día la industria turística de nuestro país y cómo hacen que sus huéspedes interactúen con el patrimonio local.

Hotel Almacruz es una empresa con sello B

Responsabilidad con la cultura y el ambiente en cada operación. @makemake.cl

Hotel Almacruz es un servicio turístico registrado en Sernatur y cuenta con el Sello S de sustentabilidad, entregado por las medidas que han adoptado para reducir el consumo y contaminación del agua.

A nivel internacional, cuentan con el sello B, entregado por la entidad sin fines de lucro «B Lab».  Las empresas B se someten a una evaluación integral de su sustentabilidad con instancias de certificación y recertificación y realizan enmiendas a sus herramientas de gobernanza legales.

Respecto a esta última certificación, Diego Cardoen destacó que «somos el primer hotel certificado como empresa B en Santiago».

-¿Qué es lo que significa para ustedes tener hoy en día el certificado de empresa B?

Es un orgullo para nosotros estando en la zona 0, un lugar muy cuestionado por los inversionistas. Nosotros estamos aquí, creyendo que es el mejor lugar para estar, porque sentimos que es un lugar para con muchos aspectos que honrar, embellecer y difundir. El ser empresa B nos deja super contentos, partimos el proceso de certificación hace más de dos años y en plena pandemia, sabiendo que la reactivación del turismo iba a requerir una propuesta que nos llevará todo lo lejos que pudiéramos en esta materia. Fue difícil certificar a una empresa de este tamaño como empresa B, pero fue un camino exitoso y queremos animar a toda la industria a que lo recorra dándole la importancia que merecen al patrimonio y la sustentabilidad, para que parta desde nosotros la comprensión de que Chile es mucho más que un paisaje bonito.

-¿Cuál es la importancia de la relación con el entorno en la industria de turismo?

Si miramos los extremos vemos un gran resort que tiene un mundo cerrado en sí mismo, por lo que no tiene que relacionarse con su entorno, yo creo que ese tipo de turismo no va a perdurar demasiado. Si miras todo el resto del turismo desde hace décadas y mirando hacia adelante, siempre vas a ver una propuesta de estrecha relación con el entorno, porque ahí está la mayor satisfacción del turismo, en conocer la cultura que corre por las venas del lugar que estás visitando.

Hoy en día puedes construir un metaverso, y por ejemplo, recorrer un museo entero desde el hemisferio en el que estés, por eso es que interactuar con el entorno es algo intrínseco y algo bello del turismo en que promueves lo que más satisfacción te entrega conociendolo y estando en el lugar. Si miramos el otro extremo de lo que pasa en el resort, lo que tenemos es un Airbnb, en el que vas a quedarte en la casa de alguien que vive en tu destino y en que no solo eliges dónde vas sino que con quien te quedas, y lo decides porque la persona es cálida, o amable, lo que muestra una relación con el entorno muy potente.

Entonces el turismo propone una relación con el entorno y entre más profunda, mayor la satisfacción para el cliente, por lo mismo es que la sustentabilidad en la relación con el ambiente, las comunidades y el entorno tiene que ser algo intrínseco de la industria.

-¿Qué es lo que los hace apostar por el centro de Santiago, sobre todo con vista hacia el futuro?

En Chile la hotelería se concentró en Providencia, Las Condes y Vitacura, hace mucho tiempo se definió que no tenía que estar en el centro de Santiago. La gran propuesta de este sector siempre ha sido ir a la costa, ir a la cordillera, es decir, recorrer de forma expedita la zona central. El tema urbano, cultural y patrimonial está todo concentrado en Santiago Centro, lo que nosotros creemos es que es mucho más práctico estar ahí, vivirlo desde dentro que entrar y salir.

Por otra parte vemos que las propuestas hoteleras que se han hecho en Las Condes o Vitacura, finalmente son un copy paste de propuestas urbanas que se han hecho en el mundo, tu puedes encontrar una maravillosa inversión asociada a un mall, a un distrito de lujo, que la verdad es que son un copy paste de la globalización. El sabor, la enjundia, la cultura y la experiencia verdadera, siempre va a estar asociada a lo que ocurre en el centro cívico nacional y a la naturaleza.

En Chile hay que ir a la cordillera, hay que ir a la costa, hay que recorrer los valles vitivinícolas, sabemos que en ese sentido nuestra propuesta va contracorriente, pero sentimos que es algo que el turismo va a agradecer mucho y que si llegaste desde tan lejos, no llegaste hasta acá para ver algo repetido de lo que podrías haber visto en tu país de origen.

-¿También cuentan con el sello S de sustentabilidad, qué implica esto para su operación?

Nosotros tenemos una vocación de sustentabilidad que viene desde el origen de la empresa en el año 95 cuando empezamos con el tema turístico cultural en el museo de colchagua, desde allí siempre le dimos a todo lo que hacemos un sello de sustentabilidad.

Por eso cuando se desarrolló el sello S desde Sernatur, nosotros ya habíamos implementado varias de las prácticas sustentables y ecológicas que nos hicieron merecedores desde el principio del sello. Fuimos el primer hotel con todo un sistema sanitario solar y sin galerías por ejemplo, por lo que fue para nosotros un paso natural acceder a la acreditación de sustentabilidad en ambos hoteles.

Relación con entorno y comunidades

Una apuesta por la historia y el patrimonio. @almacruzhotel

Durante la entrevista, Diego Cardoen explicó que gran parte del éxito alcanzado por el Hotel y Centro de Convenciones Almacruz, se debe a la relación estrecha que formaron con el entorno y comunidades locales.

-¿Cómo es que ustedes rescatan la cultura de las comunidades que habitan en los alrededores de sus hoteles?

Nosotros tenemos un objetivo que es introducir a nuestros huéspedes a las principales culturas de Chile, como son la mapuche o quechua y rapanui, los introducimos a esas culturas para generar la curiosidad para investigar más. Nosotros estamos en la zona 0 de Santiago y desde ahí hacemos que nuestros huéspedes interactúen con el patrimonio, con los museos y también con los productores de vino de la zona central, donde se hacen exposiciones de vino y en que le damos rostro a las personas que trabajan en esta producción que es central de la cultura de nuestro país.

En Colchagua eso se profundiza aún más porque puedes ver a la gente que habita la zona central, la forma y el lugar en que producen el vino, desde el hotel puedes visitar los viñedos y el tema enoturístico es una gran manera de darle rostro a la cultura local. Otra forma en que aproximamos a nuestros huéspedes es a través de expresiones artísticas, para mostrar su cultura, sus deidades y sus costumbres.

-¿De qué manera integran también esa cultura en sus productos y sus servicios?

Por ejemplo, cuando hablamos de nuestros vinos de lo que estamos hablando es de las principales deidades rapa nui, como quien es make make, la principal deidad de isla de pascua, lo que es un chamán en latinoamérica, una figura que mezcla al artista, al doctor, al político. Todo eso se ve en nuestros viñedos, en nuestros hoteles y por supuesto, en nuestros museos en los que tratamos todos estos temas visualmente.

Tu cuando estás en el hotel alma cruz, te encuentras con esta estética que representa nuestra cultura, porque muchas veces se habla como si existiese poca manifestación artística por parte de estas culturas, pero nosotros creemos que hay una gran manifestación artística que puede ser aprovechada y mostrada en el turismo que proponemos.Esa es nuestra forma de interactuar con el entorno.

¿Cuál es el rol de las empresas en todo este equilibrio?

El turismo siempre tiene que preocuparse de lo que pasa con la empresa, yo soy presidente de la Cámara de Turismo de Colchagua y muchas veces cuando alguien nace como producto turístico cree que su único público proviene del ocio, pero la verdad es que el factor empresa es crucial para mantener un ingreso fijo a través del año. Esto es algo que te permite ser sustentable, sostenible y generar un producto que tenga un impacto positivo con el entorno a largo plazo.

Quien te da esa estabilidad como cliente es la empresa, y nosotros a la empresa también le abrimos todo este mundo cultural, algo que nos da mucha satisfacción es que todas estas iniciativas comerciales y lanzamientos lleguen a estar asociadas con los aspectos culturales que nosotros les hacemos ver.

¿Cómo balancean en su oferta el atractivo para el público nacional e internacional?

El relato de la zona central es muy atractivo como una definición del chileno, desde el mestizaje. Santiago y la zona central es un lugar cosmopolita dentro de Chile, más al sur tu piensas en los mapuches, en los colones, en los yaganes, luego te vas al norte y piensas en los diaguitas, en las culturas andinas, en la minería. La zona central tiene un relato de mestizaje, esto es muy atractivo para el chileno y está definido en la cultura nacional.

Por supuesto, este mestizaje también es atractivo para el extranjero, Latinoamérica es boyante en su cultura, en su gastronomía, en su forma de festejar producto de ese mestizaje indígena, por eso es que nosotros podemos entregar una oferta que es atractiva tanto para el público nacional como internacional. Esto se traduce en una ocupación muy balanceada.

¿Y cómo se traduce esto en el funcionamiento de los hoteles para extranjeros?

En Santa Cruz uno de los desafíos para nosotros es que aún estamos en un 20% de turismo receptivo, queremos aumentarlo al menos al 40% en Colchagua y así posicionarlo como una experiencia imperdible de la zona central. Pero el hotel Alma Cruz tiene un 50% de turismo receptivo y es muy valorado por los europeos y toda la gente que nos visita de lejos. Esto es porque concentra y sintetiza muy bien en sus 162 habitaciones, más 3.000 metros cuadrados de salones, bar, piscina y spa, la cultura del centro de Chile, que se muestra en todos los productos del hotel Alma Cruz, entregando una introducción a lo que es Chile, la zona central y sus culturas. Entonces tenemos ese gran rol que cumplir con la gente que viene a la zona central y quiere en poco tiempo entender lo que es estar en Santiago, ese es el gran rol del hotel Alma Cruz y es lo que lo va a llevar a tener un 60% o 70% de ocupación extranjera.