Mujer Empresaria Turística: 6 historias de emprendimiento femenino
Publicado el 26 septiembre 2022

El programa entrega un reconocimiento a aquellas mujeres que a través del turismo aportan a sus comunidades, la cultura, el medioambiente y la sociedad.

«Repensar el Turismo» es el lema 2022 de la Semana del Turismo, celebración que tiene el enfoque de género como uno de sus pilares. Esto porque las mujeres son un motor fundamental de la industria.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), a julio de 2022 la fuerza de trabajo femenina en el sector alcanzaba el 47,5% de participación, con un crecimiento superior al 27% en doce meses. Muchas de ellas son jefas de hogar que sustentan a sus familias gracias a esta actividad.

Tomando en cuenta este escenario fue que, en 2011, el Servicio Nacional de Turismo lanzó el 1º Concurso Mujer Microempresaria Turística, iniciativa que busca que las empresarias de la industria contaran sus experiencias a otras mujeres para incentivarlas a desarrollar nuevos negocios. Este programa mutó a Mujer Empresaria Turística, el que entrega un reconocimiento a aquellas mujeres que a través del turismo aportan a sus comunidades, la cultura, el medioambiente y la sociedad.

Estas son las historias seis de ellas.

 

“Me sentí importante”

En 2011, Mónica Araneda postuló su proyecto de cabañas insertas dentro de un bosque de Ñirres en Malalcahuello, Región de la Araucanía. Hoy, en 2022, Cabañas Ruca Pehuén cuenta con 8 cabañas, una cafetería y un departamento turístico con rental de equipos para nieve.

Consultada sobre cómo ha sido esta década luego del premio, Mónica aseguró que es de una “felicidad personal por el reconocimiento de lo que uno hace (…) estoy super agradecida de que alguien me reconociera”.

Según contó, con los $500.000 que en ese tiempo entregaba el beneficio, pudo instalar una lavandería para dar mejor servicio a los pasajeros. Además, las entrevistas que dio por el reconocimiento generaron publicidad para su emprendimiento, lo que ayudó a crecer su negocio.

 

“La mujer si puede y es capaz”

Hija de un agricultor y una dueña de casa, Nelda Trafipán nació y ha vivido toda su vida en Liquiñe, región de Los Ríos. Aunque estudió secretariado, decidió instalar un pequeño café el que bautizó como Catemu, que en mapuche significa “otro lugar bonito”. Luego lo convirtió en un restaurant y hospedaje, el que sigue atendiendo a turistas hoy.

El restaurant tiene un menú de fusión mapuche, donde se usan productos del bosque. Al recibir el reconocimiento en 2015, Nelda destacó que “con este trabajo demostramos que la mujer sí puede y es capaz. Somos más detallista y con eso marcamos la diferencia”.

“Les digo a las mujeres que se atrevan a realizar sus sueños, con seguridad y confianza en ellas de que son capaces para salir adelante. La constancia es un factor importante para el éxito”, agregó.

En 2021, más de seis años después de recibir su premio, Nelda aseguró a Sernatur que “me siento orgullosa por el reconocimiento (…) el emprendimiento sigue y ha ido avanzando”.

 

“Una idea humilde puede transformarse en un emprendimiento de calidad”

“Paskana” significa lugar de descanso en aymara, nombre elegido por Ana Heredia para su hostal, el que busca rescatar la cultura, el patrimonio y el encanto andino que ofrece Arica.

Ganadora en 2016, la emprendedora aseguró en ese entonces que “se verá que aquello que nació con una idea humilde puede transformarse con tiempo y dedicación en un emprendimiento de calidad que transformará nuestras vidas y las de nuestras nuevas generaciones”. Han pasado 6 años y sus palabras toman más fuerza: su hostal, que sigue abierto al público, alojó al Presidente Gabriel Boric en una reciente visita oficial a la comuna.

“Fue sorprendente tener a un Presidente de Chile en mi hostal, no podía creerlo”, comenta la emprendedora de 72 años a Diario Financiero, quien entre bromas agregó que ahora puede decir que cuenta con una «suite presidencial».

«Sí se puede hacer y se hace”

Aunque nació en Santiago, la vida de Alejandra Rojas está en Rapa Nui. Aquí enraicé mis sueños y el corazón. Formé una familia junto a José Ika, de la etnia local, con quien tengo dos hijos: Potu, de cuatro años, y Taunoa, de nueve”, contó a Sernatur en 2019, año en que ganó el premio Mujer Empresaria Turística

La profesora de educación física se especializó como instructora de buceo, formando el centro de buceo Snorkeling Rapa Nui: restauró una micro en desuso y la transformó en un dive bus, el primer centro de buceo móvil adaptado de Chile. Con orgullo, dice que “este vehículo me permite recorrer cualquier rincón de la isla para ir a buscar a niños, niñas, jóvenes y adultos en situación de discapacidad, conectándolos con el océano y sus maravillas”.

Entregamos a cada persona la posibilidad de creer que sí se puede, conectándose con un ecosistema que regala paz, silencio y un abanico de estímulos visuales”, explicó. En 2021, consultada oor la experiencia de recibir el reconocimiento de Sernatur, Alejandra contó que “para mí la mayor importancia fue el visibilizar los deportes adaptados y que, a pesar de que estamos lejos, sí se puede hacer y se hace”.

 

«Querer es poder»

La cultura mapuche huilliche es parte de nuestra identidad y, para Ana Carrasco Pitripán, sus raíces también significaron un soporte económico. “Yo daría la vida por mis hijos, movería cielo, mar y tierra. Por ellos, decidí darle rienda a mis sueños”, contó a Sernatur en 2020 al ganar el premio por su emprendimiento Píxel Llifén, un alojamiento turístico con cinco cabañas en la Región de Los Ríos.

Según explicó, la idea nació como una forma de apoyar el futuro de sus hijos Jorge, Camila, Valentina y Pablo.
La experiencia turística que ofrece Ana incluye cabañas con tinas calientes a orillas del lago Ranco, todo con un enfoque amigable con el medio ambiente y a la cultura ancestral.

“Pertenecemos a la etnia mapuche huilliche, por lo que a mostramos lo valioso que es preservar la cultura de los pueblos originarios y darla a conocer”, aseguró con orgullo. De hecho, al salir de las cabañas, en un patio interior, se puede ver el rehue, un espacio de sanación, adoración y bendición, donde se encuentra el árbol sagrado, un joven canelo.

“Son pocas las oportunidades, pero si tienes hijos ellos son tu inspiración. Para todas las mujeres, mi consejo es colocar del lado de uno la adversidad: las oportunidades existen y no hay que esperar a que lleguen, sino buscarlas sin cansancio, tomarlas y dar lo mejor de cada uno en todo. Querer es poder, lo digo con toda sinceridad (…) Los sueños a veces hay que construirlos, no llegan así nomás”, concluyó.

 

“Volví a surgir. Y fue por amor”

rosa orellana

Rosa Orellana es una de las últimas beneficiadas con el premio (2021). Dueña del Restaurante Reina Marina de Cobquecura (Región del Ñuble), su emprendimiento comenzó de manera informal en 2009 en un momento difícil de su vida: “luego de ser víctima de violencia intrafamiliar durante mucho tiempo por parte de quien, en ese entonces, fuera mi pareja y el padre de mis hijos, decidí separarme. Quedé sola con hijos pequeños, sin empleo ni medios de subsistencia para mi hogar”, contó a Sernatur en 20221. “Pero siempre creí en mí, ya que de mí también dependía el bienestar de mis hijos. Fue un proceso duro empoderarme de mis habilidades y enfrentar al mundo laboral, sin embargo, mi familia me hizo recobrar fuerzas”, agregó.

Actualmente, Rosa vende comidas típicas de mar, comida casera, con productos frescos y elaborados con “mucho cariño”, como explica ella en sus palabras.

Rosa entregó un mensaje a todas aquellas mujeres que hoy se sienten atrapadas: “Fui víctima de violencia, sufrí golpes y malos tratos. Sufrí también aislamiento, padecí del desmoronamiento de mi autoestima y amor propio. Sin embargo, como el ave fénix, volví a surgir. Y eso fue por amor, por amor a mis hijos y a mí misma”.

“Yo sé que no soy la única mujer que ha sufrido esto y no seré la última. Conozco la oscuridad y la dependencia emocional, pasé por el sometimiento, pero también conozco el proceso de volver a florecer. No es fácil pedir ayuda, no es fácil sanar, pero se puede… Yo soy un ejemplo viviente de que se puede y lo hice por amor. Mis hijos fueron mi salvación”, concluyó.


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